La lecitina de soja ¿qué es exactamente y por qué es bueno tomarla?

La lecitina de soja está formada básicamente por fosfolípidos, unos ácidos grasos que se encuentran de forma natural en el hígado de los animales y también en alimentos como el sésamo, la soja, el lino o la yema del huevo, entre otros.
La lecitina tiene como principales funciones emulsionar las grasas que ingerimos (facilitando su expulsión), además de facilitar su digestión y dispersión en la sangre.

La lecitina de soja proporciona elasticidad a las membranas celulares y las protege de los radicales libres. Además, evita que el colesterol se acumule en las arterias y facilita la eliminación de la grasa acumulada en el organismo.

Cuando ingerimos lecitina, nuestro cuerpo la transforma en colina, un componente de la vitamina B, imprescindible para metabolizar las grasas y muy importante para mantener una buena salud hepática evitando enfermedades como: la cirrosis, el cáncer de hígado y los cálculos biliares.

La lecitina de soja también es rica en vitamina E, un potente antioxidante que evita la degradación de los neurotransmisores cerebrales, de las células de la vista y ayuda a reforzar el sistema nervioso.

Se aconseja una ingesta de 2 a 3 cucharaditas diarias de lecitina de soja granulada.
La podemos tomar mezclada en el yogur, en zumos, leche o bien sola.
Especialmente, se recomienda a todas aquellas personas que tienen los niveles de colesterol altos, que sufren estrés, sobrepeso, hiperactividad o que llevan a cabo una actividad intelectual intensa o tienen problemas de memoria.