El arroz salvaje, rico en fibra y en proteinas vegetales

El arroz salvaje o zizania palustris no es un tipo de arroz exactamanete, sino la semilla de una planta acuática originaria de Norteamérica que crece en lagos poco profundos y en la orilla de los ríos.

Su forma alargada y fina y su color marrón oscuro aportan a este arroz un aire muy exótico.
Además de su característico aspecto, el arroz salvaje es muy nutritivo y nos aporta una gran cantidad de beneficios para el organismo.

El arroz salvaje contiene hasta un 15% de proteínas vegetales, perfecto para aquellas personas que no consumen proteína de origen animal o que necesitan un extra de proteínas.

Además, es rico en fibra, por lo que su consumo evita que las grasas y los azúcares de los alimentos se absorban y se acumulen en la sangre y las arterias.

Este tipo de arroz es perfecto para los diabéticos, pues tiene un índice glucémico bajo (IG 35) que evita las subidas repentinas de azúcar en la sangre.

Para las personas que sufren hipercolesterolemia, también se recomienda el consumo de arroz salvaje; pues su alto contenido en antocianinas (que actúan como antioxidantes) reduce la formación del colesterol malo y evita la formación de placas de ateroma.

Otra buena razón para comer arroz salvaje de manera regular es su bajo contenido en grasas y su gran aporte en vitaminas del grupo B y minerales como el cinc, el magnesio, el potasio y el cobre.

El arroz salvaje, dado que tiene una piel gruesa y rica en ceras, necesita cocerse durante unos 45-60 minutos en abundante agua con sal (aproximadamente necesitaréis 3 partes de agua por 1 de arroz salvaje).
Si lo preferís, os recomendamos dejar el arroz remojo toda la noche para que quede libre de impurezas y reducir, así, el tiempo de cocción a unos 30 minutos.
Sabréis que el arroz está bien cocido cuando la piel marrón se haya abierto y el grano blanco del interior sea visible.

Tened en cuenta que el arroz salvaje absorbe mucha agua y llega a cuadruplicar su volumen una vez cocido. Por lo tanto, con poca cantidad tendréis suficiente.

Otra sugerencia muy interesante y rica es freír el arroz salvaje directamente en una sartén con un poco de aceite caliente. El resultado es un arroz crujiente con un ligero sabor a avellana. Una delicia para complementar ensaladas o dar un toque exótico a vuestros platos.


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